Siempre me he caracterizado
por ser una persona a la que le gusta planear sorpresas y me gusta aún más,
cuando planean sorpresas para mí. Por cosas de la vida, creo que he planeado
más sorpresas de las que realmente he recibido y han sido momentos satisfactorios
pues ver la sonrisa en la cara de las personas y la alegría que sienten, me
llena el alma y el corazón de felicidad. Remitiéndome a estos momentos pienso
que toda la dedicación y el amor que le he puesto a cada uno de esos momentos,
se me devolvió multiplicado por 3.000. Esta entrada es para contarles como Dios
y la vida me sorprendieron, de una forma increíble que jamás espere.
Efectivamente, tienes dos
meses de embarazo! Me dijo la enfermera, quien al parecer pensaba que yo sabía
que estaba embarazada. Así me entere que venía en camino, sentí un escalofrío
por todo mi cuerpo y las lágrimas de dolor (por la infección que tenía) se
transformaron en lágrimas de alegría, angustia y confusión. No entendía que había
pasado, pero lo que si tenia claro desde el primer instante, es que iba a ser
MAMÁ.
Wow!!! Que cantidad de
sentimientos comenzaron a crecer dentro de mí en solo diez segundos. La
enfermera al ver mi cara de confusión, entendió que yo no tenía ni idea de lo
que estaba pasando y con una sonrisa me dijo: ¿Quieres verlo? Sin poder decir
una sola palabra, con millones de lágrimas y un nudo en la garganta, le
dije SI moviendo la cabeza. Y ahí estaba nuestro bebe, saludándome
levantando su manita y llenándome de amor. No pasaron más de cinco segundo y me
dejaron oír su corazón, que les puedo decir: es la mejor serenata que he
recibido. Ese corazón pequeñito logro tranquilizarme y llenarme de
paz.
No crean que aquí acabo
todo, no no no… Yo ya sabía que iba a ser mamá, pero el papá no tenía ni idea y
aunque él ya lo sospechaba, no tenía nada confirmado. ¿Cómo sería su reacción?
¿Qué iba a decir? ¿Qué sentiría?, fueron las primeras preguntas que se me
pasaron por la cabeza… sinceramente estaba muerta de miedo. Así que salí de la
clínica y llegue a la casa, pues no fui capaz de decirle que me recogiera,
prefería darle la noticia en nuestro hogar. Eran las 4am, él estaba en la cama
pero no había podido dormir bien pues había estado pendiente de los resultados de
los exámenes todo el tiempo. Tan pronto lo vi, lo abrace y me puse a llorar…
mientras le decía: Estoy embarazada. Él con la calma que siempre lo ha
caracterizado y con una sonrisa me dijo: Pero porque te angustias? VAMOS A SER
PAPÁS! Esta fue la segunda sorpresa del día… y siempre voy a estar agradecida
con Dios por haber puesto en mi camino a un hombre tan especial y único como mi
esposo y contigo mi amor por caminar conmigo de la mano en este y en todos los
maravillosos momentos que hemos vivido juntos. Instantáneamente, después de
esta respuesta, mi corazón sintió un alivio, pude respirar y saber
que el bebe crecería en un hermoso hogar.
Sin lugar a dudas, ese 10 de
febrero de 2014, recibí la mejor sorpresa de mi vida, totalmente inesperada
pero en el momento exacto. Solo tengo sentimientos de gratitud con Dios por
habernos enviado este hermoso regalo. A nuestro hogar llego un ángel para
iluminarlo aún más y llenarlo con millones de bendiciones. Como siempre lo
he dicho y mi alma así lo siente: SOMOS PAPÁS POR BENDICIÓN.
La vida te da sorpresas,
pero ésta?… Esta queda fuera de concurso!
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